Desarrollar una estrategia de marketing no suele servir de mucho si la empresa franquiciadora no dispone de personas que sean conocedoras y capaces de liderar la marca. Por eso defendemos que lo más adecuado es preocuparse primero por tener una buena cultura y liderazgo de Marca y luego seguir Franquiciando.
La cultura y el liderazgo de marca ayuda a tomar decisiones y alinea a todas las personas de la organización en torno a unos mismos objetivos, lo que implica conocimiento y voluntad de sumar, conectando a las personas adecuadas con aquellas acciones que más le motiven.
La Marca franquiciadora debe ser fiel reflejo a la cultura de la organización. Debe preocuparse por reflejar quiénes son, como actúan y por encima de todo, por qué se dedican a lo que se dedican.
Disponer de una buena cultura y liderazgo de marca supone dotar de coherencia a todas las acciones que se desarrollen en la organización, desde la firma de la franquicia, formación del franquiciado, las creatividades que se desarrollen hasta lo que se ponga en el último post de redes sociales.
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